12/03/2022 Las Monarcas Contadas de Generación a Generación

Las Monarcas Contadas de Generación a Generación

Las Monarcas migrantes parecen haber completado su llegada a sus bosques de Oyameles de hibernación.

Ambos santuarios, “Sierra Chincua” y “El Rosario” -los más altos y con las colonias más grandes-, muestran contraste en su comportamiento.

La colonia de “Sierra Chincua” continúa en el sitio “El Zacatonal” mostrándose viva y densa como la semana anterior.

“Los visitantes se deleitan ante la maravillosa actividad del día ahora que los días fríos y lluviosos ya se han ido” -comentaron los guías orgullosamente.

La Colonia “El Rosario” reportada como ligeramente mas pequeña la semana anterior, acaba de moverse dispersándose alrededor mostrando únicamente racimos medianos.

En ambos santuarios, se asegura hay colonias formándose y en resguardo y aislamiento para investigación.

Mientras tanto, las familias del lugar y que han escuchado de las Monarcas como “la plaga anaranjada” por generaciones, se reúnen sin excepción alrededor del fogón en sus acogedoras cocinas para que sus abuelos cuenten a sus nietos como las Monarcas se dieron a conocer como un fenómeno natural extraordinario a la humanidad:

In la comunidad de Garatachea “Sierra Chincua”, el abuelo Luis en la familia “De Jesús”, narra como su padre, el bisabuelo Juan de Jesús acompaño a los primeros científicos en sus viajes de investigación aquí hace ya más de 45 años!

Evodio mi hermano y yo, ambos jóvenes y fuertes, cargábamos los almuerzos y las cámaras impresionantes mientras papá Juan se concentraba en señales a señores Lincoln Brower y Bill Calvert, apuntando a la mejor vereda monte-adentro mientras éstos últimos intentaban responder en su quebrado pero perseverente Español!  Ellos simplemente se convirtieron en parte de nuestra gran familia por muchos años!  Y ahí la impresionante, inmensa e inmóvil mole anaranjada de la que nosotros los lugareños sabíamos desde generaciones atrás que aparecía en el otoño y se desaparecía en la primavera y de la que nunca imaginamos sería una maravilla para el mundo

Afuera, en el patio de la casa de la familia De Jesús, los inmensos bosques de Oyamel nos hacían profundamente humildes antes de despedirnos.

Kevin, sentado a la estufa de leña donde abuelito y abuelita le cuentan:

Ahí afuera, corríamos de niños para arriba y para abajo ante la emoción de ver como los arroyos se cubrían de naranja cuando el sol comenzaba a calentar por la mañana. Caravanas de miles de mariposas bajaban del monte para en la tarde regresar antes de la puesta de sol.  Muchas menos mariposas aún lo hacen hoy día”.

Estela Romero

Angangueo, Michoacán, México.

 

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